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La exlíder depuesta y nobel de la paz birmana, Aung San Suu Kyi, ha sido condenada este lunes a cuatro años de prisión, reducidos a dos, por incitación a los disturbios contra los militares y vulneración de las normas de la COVID-19 en la primera sentencia desde el golpe de Estado del pasado 1 de febrero y se enfrenta a una decena de casos, esta es la primera condena.

Suu Kyi, de 76 años, según han informado fuentes cercanas al caso a Efe y a Reuters, ha sido sentenciada por un tribunal en la capital durante una vista en la que ha impuesto la misma condena al presidente depuesto, Win Myint, y una pena de dos años de cárcel para el exgobernador de Naipyidó, Myo Aung.

Fuentes cercanas al juicio, que no pueden identificarse por miedo a represalias por parte de la junta militar, precisaron que la condena de Suu Kyi incluye dos años por incitación, según el artículo 505b del Código Penal, y otros dos años por vulnerar la leyes de emergencia por la pandemia.

La pena a Suu Kyi ha sido reducida a dos años por un perdón parcial del jefe de la Junta Militar, el general Min Aung Hlaing. Tanto ella como Win Myint cumplirán su pena en el lugar donde se encuentran, que no se ha hecho público, lo que puede implicar que no vayan a prisión.

Foto: Afp

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos considera deplorable la sentencia de cuatro años de cárcel para Aung San Suu Kyi. La exlíder birmana, premio Nobel de la Paz, se encuentra bajo arresto domiciliario desde el mes de febrero, cuando la junta militar tomó el poder en Myanmar mediante un golpe de estado. A la condena actual, por incitar a los disturbios e incumplir las medidas contra el COVID, se suman otros once cargos, que van desde supuesta corrupción a violación de secretos de estado. Prácticamente toda la comunidad internacional ha condenado la sentencia, incluyendo a China, uno de los pocos aliados de Birmania. Informa Carmen Buergo.

  • Mohammad Mohibullah ha recibido un disparo por parte de un grupo de asaltantes no identificados, según fuentes policiales
  • Se dedicaba a recopilar pruebas de presuntos genocidios por parte del ejército de Birmania en el estado occidental de Rakhine

Este domingo se cumplen seis meses del golpe de Estado en Birmania que acabó con una década de frágil democracia. La junta militar que controla el país ha anunciado este domingo que habrá nuevas elecciones y su máximo líder, el general Min Aung Hlaing, se ha autoproclamado primer ministro del país.

FOTO: Imagen de archivo de las protestas contra el golpe de Estado en Birmania. Aung Kyaw Htet.

Un grupo de rohinyás birmanos refugiados en Bangladesh aprenden fotografía y vídeo en una escuela que les ayuda a documentar su vida en el campo de refugiados.

La escuela la fundaron en el campo de Cox's Bazar Mohammed Faruque, fotoperiodista profesional, y su hermano Omar, también periodista y trabajador de ONG, que murió en mayo de 2020. La escuela se llama Omar en su honor.

Los rohinyás son una minoría musulmana de Myanmar (la antigua Birmania). Considerados apátridas por las autoridades del país, de mayoría budista, muchos tuvieron que huir de los enfrentamientos y matanzas en el estado de Rakhine hace ya cuatro años. El de Cox's Bazar es el asentamiento de refugiados más grande del mundo.

Foto: TVE/Reuters

La Coalición Internacional para Cineastas en Riesgo ha lanzado un llamamiento para que el régimen golpista de Mynamar libere a la guionista y productora Ma Aeint, de forma inmediata y sin condiciones. Fue detenida el 5 de junio y se desconoce su paradero y los cargos contra ella. Los festivales de Berlín, Cannes o Venecia han firmado también la exigencia de liberación.

Informa Íñigo Picabea

La junta militar golpista busca dar la puntilla a la oposición política con la disolución de la Liga Nacional para la Democracia (LND), el exitoso partido de la depuesta líder Aung San Suu Kyi, mientras se intensifica el acoso judicial contra la premio Nobel de la Paz.

La Comisión Electoral, nombrada por la junta militar, ha anunciado que disolverá a la LND por haber cometido "fraude electoral" durante los comicios del pasado noviembre, la justificación original usada por el Ejército para dar el golpe de Estado del 1 de febrero que destituyó al Gobierno democrático, lo que ha provocado manifestaciones de protesta.

En Birmania, prosigue la campaña de represión tras el golpe de Estado del pasado mes de febrero. Al mismo tiempo, los militares se encuentran en una carrera por el reconocimiento internacional frente al llamado Gobierno de Unidad Nacional, integrado en su mayoría por diputados de la Liga Nacional para la Democracia en el exilio. En los últimos días, tanto la Junta Militar como el autodenominado gobierno legítimo, han entablado conversaciones con los partidos de las minorías étnicas, cuyas reivindicaciones pueden suponer un problema para ambas partes. Valle Alonso nos lo cuenta en el siguiente reportaje.