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China no garantiza la seguridad de sus pantanos después del terremoto

  • El Gobierno habla de "problemas de seguridad" en embalses, presas y centrales
  • Los daños en las instalaciones hace más difícil la prevención de inundaciones
  • China espera al menos 50.000 muertos por el terremoto

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La catástofe en China no ha terminado y el Gobierno asume ahora que no puede garantizar la seguridad de las instalaciones hidráulicas. China ha confirmado 19.500 víctimas mortales pero espera que la cifra total ascienta a 50.000 porque hay 40.000 desaparecidos y los centenares de miles de damnificados.

Según informa la agencia Xinhua, el ministro de Recursos Hidráulicos, Chen Lei, ha dicho que "China se enfrenta a serios problemas de seguridad y de prevención de inundaciones en los embalses, centrales hidráulicas, presas y otras instalaciones en la zona del terremoto", en la provincia de Sichuan.

Las autoridades chinas han detectado anomalías en 410 reservas de agua de cinco provincias y en Chongquing, según ha anunciado la televisión oficial. El Gobierno chino asegura, no obstante, que la presa de las Tres Gargantas no ha sufrido con el terremoto.

A la zona se ha desplazado ya un equipo de seis expertos para comprobar el estado de los pantanos.

Cifras provisionales pero abrumadoras

El último recuento de muertos por el terremoto de China asciende a 19.500, mientras que al menos 40.000 personas están sepultadas o desaparecidas. Además unas 26.000 personas están hospitalizadas por las consecuencias del seísmo. En total el número de heridos supera las 64.000 personas.

El terremoto provocó que en la provincia de Sichuan donde tres millones y medio de edificios se han venido abajo atrapando a miles de personas entre los escombros.

Y mientras los esfuerzos de rescate continúan, las donaciones públicas, tanto en dinero como en material, suman 86 millones de dólares, según ha anunciado el Ministerio de Asuntos Civiles.

Los equipos de rescate han encontrado en Mianzhu a 500 personas con vida entre los escombros de sus casas. Una de las supervivientes ha sido una niña de tres años que ha resistido 40 horas entre los escombros bajo los cuerpos de sus padres.